
La dieta debe ser variada con unas cantidades adecuadas
(menos que los adultos). Las necesidades energéticas de un niño entre 6 y 12
años oscilan en las 2.000-2.200 kcal/dia. Varían en función de la actividad
física del niño.

Las bebidas de cola no son aconsejables en menores de 14
años.
Los snacks y el picar entre horas deben limitarse ya que
son malos hábitos que pueden perdurar hasta la vida adulta.
El hecho de no fomentar la ingestión de alimentos viendo
el televisor puede ser un primer paso en la prevención de la obesidad y el
sedentarismo.
Una dieta equilibrada debe acompañarse de la práctica de
ejercicio físico regular.
Esta etapa es clave, para iniciar las bases de unos
hábitos saludables.
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